¿Por qué una alimentación basada en plantas?

Para 2050 se espera que la población mundial alcance los 10 mil millones de personas y que la superficie disponible para cultivar disminuya cerca de 17%. Necesitamos obtener más y mejores alimentos en menos extensión de tierra.

Colombia tiene cerca de 50 millones de habitantes, de los cuales, de acuerdo con el DANE poco más de 11 millones de personas viven en las zonas rurales, es decir cerca un 23% de la población. Para ese mismo año 2050, según la CEPAL, tan solo el 13% de los colombianos seguirá en el campo. Este panorama nos hace plantearnos la necesidad de idear nuevas estrategias que permitan optimizar el funcionamiento de las regiones en conjunto y que podamos garantizar nuestra seguridad y soberanía alimentaria.

Varias fuentes, calculan que el 70% de la huella hídrica a nivel mundial (FAO) está relacionada con lo que se come. Para producir alimentos se requieren enormes cantidades de agua, siendo la carne el producto que más litros precisa para su elaboración: 15.400 litros de agua para producir 1 kilo de carne de res; 8.700 litros para 1 kg. de cordero; cerca de 6.000 litros para 1 kg. de cerdo y 4.300 litros para 1 kg de pollo. En comparación 1kg de lentejas requiere 50 litros de agua, una manzana 70 litros o una lechuga 13 litros.

Está demostrado igualmente que la ganadería tiene uno de los mayores impactos en el cambio climático. Iniciativas innovadoras, como un día sin carne, lunes sin carne o proyectos de ganadería sostenible, podrían mitigar los impactos en el cambio climático. Por un lado, debido a la reducción de liberación de gas metano de los vacunos y por el otro por la atenuación a fenómenos como la deforestación, debido a las grandes extensiones necesarias para su cría y levante.

De manera complementaria, diversos estudios (Herver J. & Cronise R) han mostrado que las poblaciones con una dieta basada en plantas tienen mayor esperanza de vida, mientras que las poblaciones con dietas altas en alimentos de origen animal tienen mayores tasas de enfermedades crónico-degenerativas. En este sentido, una dieta muy baja o nula en el consumo de alimentos de origen animal se relaciona con mayor protección contra enfermedades, menos incidencia de enfermedades como cáncer, diabetes, embolias y concentraciones de colesterol en rangos normales.

Una alimentación basada en plantas en definitiva sería un alivio no solo para ayudar a mitigar los cambios climáticos, sino que tendría consecuencias positivas en la salud de las personas, por supuesto con unos hábitos saludables y ejercicio regular. Comer menos carne de origen animal de manera responsable y controlando el origen es un comienzo, un paso en la dirección correcta hacia un modelo de salud preventiva y hacia la sostenibilidad alimentaria y ecológica